Este trabajo consiste en hacer mi propia escultura con elementos naturales que me vaya encontrando, y teniendo como único utensilio una navaja. Nos inspiramos en Andy Goldsworthy. Yo decidí irme al Arabí. El paisaje mediterráneo en invierno no ofrece mucho, pero siempre se le puede sacar algo. He hecho varias obras a partir de una.
Madre roca.
Cogí una rama seca de un árbol y esparto. Empecé a atar las ramas haciendo una tira y me situé en un abrigo. Después metí una rama en un agujero del abrigo y apoyé el otro extremo en un árbol, de esta manera represento como de la roca puede nacer la vida y a la vez la abriga.
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Mundos opuestos unidos.
En el día que me fui hacía mucho viento. Decidí esperarme a que el viento
destrozara la obra anterior y de esta nació la siguiente. Aquí me fijo en la sombra. La rama de la vida se conecta con la piedra que deja su huella en ella de una forma instantánea, creando de aquí dos mundos, en el que uno se sitúa la rama blanca y la piedra negra y en el otro su silueta negra a la roca blanca.
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Madre roca.
En esta vuelvo a resaltar la idea de la primera obra de una manera distinta. Coloco ramas, piñas y bellotas en los agujeros de la roca e intento hacer de la mejor forma posible un círculo con la tira.
Las ramas que salen de la roca simbolizan vida de la que sale un círculo que realza la protección, la unión, la perfección, la belleza y lo eterno.
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Perspectiva cambiante.
Ahora traslado el círculo a otro lugar. Dejo el círculo sostenido en el aire reflejando otro círculo en la roca. Ahora creo dos visiones de él, una que es bella y colorida, y otra que es siniestra y oscura.
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En la siguiente obra utilizo el significado del círculo como lo eterno y absoluto.
El círculo es efímero y frágil, como hemos podido ver en la segunda obra. Pero la sombra es aún más efímera. La roca es fuerte y pesada, es más duradera.
Transformo la sombra efímera en rocas pesadas dejando la huella de algo instantáneo y fugaz como el paso de los segundos, en algo duradero que será destruido por la misma naturaleza a lo largo del tiempo.
Provoco las sombras variando la inclinación del círculo creador:
1.
Sombra creada a las 14:00
2.
Sombra creada a las 14:11
3.
Sombra creada a las 14:22
4.
Sombra creada a las 14:27
5.
Sombra creada a las 14:40
6.
Última sombra creada a las 14:46
Véase el resultado.
Transformaciones de lo efímero.
En la fotografía he querido resaltar la idea de que el círculo es efímero, por lo tanto sale volando. Las sombras siguen ahí.
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Danza del aire.
Al pasar el día el círculo se rompió, como habíamos previsto. Ahora me sitúo en la cueva Horadada.
Dejo al viento actuar en él y esto hace que se mueva de una forma curiosa. Si nos fijamos las posturas de la tira se repiten. Aquí quiero transmitir la fragilidad y lo repetitivo.
Aquí quiero añadir que si le cambio el sentido a la imagen la rama baja ya que seguimos con los ojos la inclinación del suelo.
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Gracias Don Rafael Millán.
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